Fusión en tres tiempos

La francofonía y anglofonía pura de América está en Montreal; “Concordia Salus” es su lema en latín, reflejo vivo del espíritu conciliador que impregna cada rincón de esta ciudad que lo mismo baila al ritmo del jazz que se pierde entre los versos de una librería.
Desde Ottawa, nos recibe Plateau Montreal, donde se encuentran los lugares más interesantes de la ciudad.
Llegamos…
Este es un bed and breakfast más no cualquiera; se trata de una casa del siglo XIX que su propietario y familia han mantenido por generaciones. Eso sí algo lúgubre pero interesante!
A saber que El ayuntamiento construido de 1872 es a visitar y considerar…
Pero las librerías, clubs nocturnos, sus bistrots y jazz al aire libre son frescos; quizá porque sus residentes hacen una mezcla interesante: canadienses nativos, estudiantes, oficinistas anglos y francos, europeos y latinoamericanos que suelen reunirse en el parque La Fontaine, que por fortuna cuenta con teatro al aire libre!
Es en el año 1640 se fundó Montreal por Franceses. En 1642, los esfuerzos misioneros de sus otros fundadores religiosos no llegaron a hacer raíces, y se convirtió en el principal centro de comercio, industria y la banca de la región.
Geográficamente, Montreal es una isla de 50 kilómetros de largo en el río San Lorenzo y Vieux Port es la parte antigua de la ciudad, aquí es el paso uno para disfrutarla. Una ciudad Grande, con facilidades para recorrerla placenteramente. Planeada su urbanización con matemáticas y en cuadriculado, Montreal está flanqueada por los ríos San Lorenzo y el Mont-Royal, de donde deriva su nombre Montreal (mont-real) Monte Real.
Es cuando me doy cuenta que en Norteamérica deberían hablarse ya tres lenguas incluyendo así el español, que retraso! Recuerdo que el TLC de comercio incluía intercambio cultural.
En fin…
El orden de la ciudad de Montreal va hacia el Boulevard Saint-Lauren que se ubica hacia el lado oriental y occidental. Vamos a partir desde el Centre d`Historie de Montreal hacia la Place des arts donde se disfruta su esencia cultural abstracta.
Regresamos…
Toda la casa que nos hospeda es de madera, los pisos truenan por originales, la cena está incluida y es extraordinaria: con un poco de pato dulce de granja con cítricos y miel, especias misteriosas…deli.
Desde el parque puedo observar…
La migración Asiática en Canadá es relevante, así que a Chinatown a pasear y degustar fideos exóticos que me recuerdan la confrontación arancelaria que Trump impone el mundo.
Otro paseo: Ile Notre Dame. Square Dorchester y place du Arts. La Isla Notre Dame, Ile Sainte Helena es primordial y me remite a ese vino chileno fenomenal.
Pero La Cathédrale Marie-Reine-du monde es para por lo menos una foto y para más? Rezar.
Vamos hacia las galerías y al Centro Canadiense de arquitectura, a Mainsion San Gabriel, al Museo de bellas artes. Y hasta la Universidad McGill. Porque Montreal tiene fama de ciudad más educada, y si, es ademas un mix elegante.
Es el Jardín Botanique de Montreal, Olympic Park que te puede enamorar.
Silencio… se escuchan los pájaros cantando en libertad.
Todo en Montreal está pensado para caminarse con gusto: cuadras ordenadas, esquinas con sorpresas, calles que huelen a historia. El Viejo Puerto es el punto: adoquines, boutiques en antiguas casas del siglo XVIII, vistas al río y una vibra que mezcla el pasado con un presente cool.
El desayuno está servido, aun hace frio. En esta hermosa casa excéntrica, la chimenea estuvo toda la noche encendida; el aroma es a cedro húmedo por el frío. La terraza es un invernadero de diferentes flores coloridas nativas de Canadá. Un original espacio para el café Americano más Francés que he probado. Ligero de aspecto y de sabor apasionado.
Montreal tiene túneles para desplazarse sobretodo cuando el frío inmoviliza. Estos son también centros comerciales para facilitar la vida en invierno bajo cero. Son 15 puentes los que conducen a tierra firme por la Isla la vía rápida Bonaventura es opción hacia el metro y autobús que indican.
Para las compras de lujo se acaba de abrir el Royalmount al que se puede llegar en su nuevo tren ligero, para luego visitar el santuario oratorio de San José, un icono de Norteamérica recién remodelado e imperdible como sus mercadillos callejeros.
Vamos…
Es la Rue St. Paul … desde esa altura observemos el río, se encuentra un conjunto de calles adoquinadas y boutiques donde las casas del siglo XVIII fueron renovadas y transformadas una buena caminata para degustar sus viandas. Estamos ahora en Vieux Port. En el siglo XIX fue un puerto importante en Norteamérica; luego, con la llegada de mas aviones, tuvo un declive en 1980. El gobierno se encargo de transformarlo en un área entretenida, verde y elegante donde transitar, ahora cuenta con 12 Km de paseos junto al río, una ventana a la naturaleza y al futuro, a la reflexión si se quiere. Y de souvenir, me llevo una flor de lis para mí.