Claudia Sheimbaum en Los Cabos y en La Paz

Me pregunto ¿por qué venir a sembrar más discordia entre el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro y el alcalde de Los Cabos, Christian Agúndez que en los últimos días han tenido desacuerdos que se están resolviendo. Y se resolverán.

Durante la visita de Claudia Sheimbaum a Los Cabos el día de ayer no se le invitó al alcalde a dar un mensaje y lo sentaron hasta la orilla. ¡Que descortesía estando en su propio municipio! No, no se trata de estar a favor de un actor político u otro, se trata de altura de miras, de diplomacia.

Los Cabos es el motor económico de Baja California Sur. Y aporta grandes recursos al gobierno Federal. ¿Eso no importa? Mala imagen da su política rancia. Y hoy en La Paz el alcalde de Los Cabos no tenía silla en el podio, hasta que el gobernador “le hizo el favor” de invitarlo a subir.

Pregunto presidenta Sheimbaum: ¿Por qué sí puede sentarse, saludar y dejar hablar a la alcaldesa Quiroga (lío de Chayanne) o al gobernador, que no están bien evaluados por el pueblo, y no con los otros dos alcaldes?

Aquí en Baja California Sur tratamos de vivir en paz, aquí en Los Cabos luchamos y casi siempre llegamos a acuerdos. ¿Por qué venir a sembrar más discordia?

¿De qué nos sirve que “nos ayude” a que esté más rápido la desaladora o construya viviendas si al rato vamos a estar en guerra unos contra otros como en el resto de México? Así no. Por cierto, la transpeninsular sigue llena de baches y la alcaldía es la que está tapando hoyos. Muy mal, yo ya perdí en un año tres llantas y estuve a punto de volcarme por tratar de evadir un bache. En eso deben estar sus esfuerzos. En salvar vidas.

Invito desde esta columna al gobernador, Víctor Castro y al alcalde de Los Cabos, Christian Agundez, a la unidad. Sí caben las diferencias, el debate, en ello siempre se encuentran soluciones, pero el amor y lealtad a Baja California Sur es la amalgama que los debe unir a esta latitud sagrada.

Sigamos fomentando la paz y la justicia. La equidad. Somos un estado crisol, que recibe a miles de refugiados que vienen huyendo de otros estados en México. Mal haría en no ayudar el gobierno federal. Seguro otros lo harían con gusto. Vamos unidos, con la mano en el corazón.