
“Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, fuego mi espíritu”
Provervio Purépecha
La voz secreta de piedra nos dice que Guanajuato está encantado… que alguna vez sus calles volverán a ser de plata, entonces de nuevo, como siempre, como ayer, habrá de hechizarnos.
Porque Guanajuato marca el nacimiento de México como país soberano, donde fue la gesta más significativa ocurrida en 1810, lugar donde se honra la memoria de los héroes por el sufrimiento que llevamos los que de allá venimos… y proclamamos con ansia «progreso y libertad» tal como nos inculcaron desde la cuna, desde la sangre, desde la lucha.
El verano me inspira, hagamos un recorrido por Salvatierra, hogar de algunos de mis ancestros, algunos emprendedores campesinos, algunos con dotes de nobleza heredada y otros miembros de los carmelitas, como mi abuela paterna; Carmen.
La península, Baja California Sur, donde hoy me encuentro, recibió hace más de setenta años guanajuatenses formados en la revuelta y el trabajo arduo del Bajío, con ánimo de invertir en tierras, ganado y siembra que hizo crecer en esa época los poblados hasta reunir caseríos.
Comprobemos porque escuchar con humildad a nuestro México es conocerlo… oyendo nuestra historia y nuestro presente, es recobrar la imaginación y las fuerzas… la esperanza.
Salvatierra, un legado afrancesado a veces… por la influencia de Porfirio Díaz.
Poblado ubicado a 27 km de Yuriria, Salvatierra es un lugar de Origen Purépecha.
El encuentro con la tradición indígena Purépecha, es un universo como cordón umbilical del Bajío, pueblos de ciénagas y sierras en medio de paisajes de agua termal y multicolor, huertas fértiles llenas de pasado y futuro.
Sitio donde se borda sobre la manta y en punto de cruz al hilo los paisajes orgánicos que les rodea: flores, animales, el campo y que son obras de arte portadas al vestir o en una mesa elegante, al más puro estilo de Van Gogh pero que en México no se valora como debiera… tal como las letras.
En la tradición más pure, la de andar por la cosecha, cocinar a fuego, de crear y confeccionar su atuendo, de beber lo propio y así revivir el alma que se distingue por su tesón que seguro es contenido por ese telar que llevan en la cintura y el corazón. Alegría del pueblo Purépecha perfilado en oro y labrado por la madre Luna y el señor Fuego.
Después… fueron los Franciscanos en el año de 1520 que fundaron una misión desde donde se adora a la Virgen de la Luz desde entonces. El 9 de febrero de 1644 se funda San Andrés Salvatierra, fue el primer poblado guanajuatense que tuvo rango de ciudad y, desde donde se obtiene en esa región el primer titulo de «Marquesa» que fue otorgado a la hija de uno de sus habitantes en 1707.
Durante la Pax Porfiriana llegaron el telégrafo y el ferrocarril. La industria textil tuvo auge, y la ciudad se actualizó con edificios y casas afrancesadas. Pero durante todo el siglo XIX Salvatierra vivió con zozobra la guerra de independencia; surgieron entonces diversas fracciones políticas, y el auge comercial y agrícola vino a menos creciendo el bandidaje.
Con la desamortización de los bienes clericales se moderó la opulencia de algunas ordenes religiosas en especial, los carmelitas, pero se propiciaron cuantiosas fortunas particulares.
El Parque Libertadores conserva manzanas con edificios coloniales bien preservados… como sus adultos mayores, dignos, atentos y trabajadores.
Los Carmelitas descalzos dejaron huella en el patio del Convento del Carmen, aun en funciones, y en donde sus habitantes, llevan ese nombre casi en cada familia como un legado y un recuerdo de la humildad al vivir, legado que nos dejó mi abuela Carmen con sus rizos largos y pelirrojos, antes de morir pariendo a la antigua.
Las aguas del río Lerma o río Grande son contenidas por su puente Batanes.
El edificio del siglo XVII que ahora alberga la presidencia municipal, antes era casa de los Frailes Carmelitas. Hay otro convento magnífico: el de los Padres Franciscanos que se empezó a construir en 1645 y sería terminado 100 años después.
Sus monumentos más nobles conservan vestigios de las construcciones originales…
Las altas torres del templo parroquial terminadas en 1808 lucen altivas sobre la fachada de cantera clara de la región y las Capuchinas, iglesia hermosa.
La cantería del mercado de Hidalgo levantado en 1910 y el edificio de la Fábrica de textiles de 1845 es muy significativa por su estructura decimonónica.
Desde las ruinas de la Casa Grande, del célebre Marquesado de Salvatierra es posible agarrar camino hacia Acámbaro donde descubrir a sólo 33 km el Árbol de Jessé, obra magnífica del santuario muy aclamada.
Salvatierra, sitio labrado en oro… en el oro puro que es su alegría ancestral lugar donde, las artes, la espiritualidad y la creación están por encima de la influencia europea.
La existencia purepécha está basada en el trabajo duro, en el talento y la celebración de la vida. Ce’s la vie.