Aviñón sabe a sopa tibia de pesca… huele a lavanda y jabón de naranjas que, al ser ofrecidos en sus tiendas y mercadillos, expande su aroma por doquier una exquisitez al pasar… sensual… tan del sur de France.
Provincia ubicada a la orilla del Ródano y resguardada por murallas de cantera que la concentran y hoy la hacen aún más bella, alberga artes y personas interesantes. Porque fue durante cien años los que la bellísima área geográfica albergó clérigos formados para la antigua Roma, eso sí siempre galos y de la
región según se escribió en la historia.
Paradójicamente a lo que pueda esperarse en ese caso, es un sitio lleno de luz, y calma en sus calles amenizadas por las charlas del pueblo andando, la música y las artes que le envuelven. El verano en la Provenza es inolvidable… un lugar que eligió convertirse en un escaparate de las artes escénicas, del Teatro que la presenta al mundo cada año, que invita a la reflexión y lectura de las formas.
Pero también es una región seca para tomar el sol, pues en los alrededores se encuentran ríos y poder hacer deportes náuticos en las playas de Montpellier, que están cerca y se extienden hasta el Ródano, otras playas se encuentran en Saint Raphael, las Islas Leris y es posible llegar por esta vía hasta Mónaco. La gastronomía es al vino. Sus caldos son la base. Se come todavía carne de toro asado, Rouillie de Aigues a base de pulpo y papas, ¡de lo más delicioso!
Un sitio marcado por el clero pues la fortaleza, los viñedos, las torres todo fue fundado por los Romanos en sus tiempos de Gloria. Ciudad llamada «Villa del Río» o la del viento violento. El puente que permite
cruzar pertenece al siglo XII y está fincado sobre el llamado Des Doms. En el siglo XIV es cuando los Papas transforman la cultura de Aviñón en su pequeña Roma como dicen. Fue considerada tierra de asilo.
Atrae y atrajo a extranjeros, negociantes exiliados, banqueros y artistas, un ejemplo es el Poeta Petrarca que fue perseguido y encontró un hogar en Aviñón. Fue en 1309 bajo Clemente de Aviñón que se transforma en sede de la Cristiandad , la población quería dejar de producir papas y escapar a la
influencia de las familias ricas que los apoyaban. Pues Aviñón es y era una hermosa villa cómoda y pacifica no la Roma insoportable por su caos.
En esa época el este-sur de Francia se parecía más a Italia debido a la influencia que ejercía. Clemente
V se instala en Aviñón que pertenecía la Reino de Sicilia, regido por una dinastía de origen Galo. Quienes eran dueños de Nápoles, y buena parte de la Provenza Francesa. Aviñón entregada entonces por la Reina de Sicilia finalmente a Clemente V en 1348. Durante un siglo Aviñón será sede el Cristianismo Occidental es en el siglo XV; y las rivalidades entre papas que regresan en poder Clerical a Roma. Aviñón se independiza del Vaticano en 1793 cuando la República Francesa está vibrante y nueva. Un lugar unido en su cultura y rutas a Nimes, Orange y Montpellier.
Una ciudad pequeñita y excelentemente conectada con el transporte. Su posición estratégica hace que sea posible estar en París en dos horas aprox. estando a 800 km. El palacio de los papas donde hoy se escuchan conciertos es bellísimo, con su fortaleza construida en 1663 que fue resistencia de los papas
durante el siglo XIV, hoy es un recorrido muy espiritual para todo un día. Le Pont St Benezet del siglo XII cuenta con una leyenda que habla de un pastor de Ardeche en Lyon llegó con el mandato divino en Avión para unir las dos partes del Ródano a lo que los pobladores se negaron a creer, él levantó una enorme cantera y la arrojo al río como símbolo de su decisión, construyó el puente y luego fue canonizado. El Museo Calvet, ubicado en un palacio del siglo XVIII con obras muy completas como Manet, Caludel y cerámicas. La Isla Barthelasse fue sede de paseos románticos y festines hoy es un
pulmón verde que es accesible a todos y desde donde puede disfrutarse la vista espléndida de esta ciudad maqueta que es Avión y Villanuve lez Avión con su Universidad de Fama Mundial. Imperdible
caminar sus calles iluminadas por el sol del verano en St Agricol y el Barrio de La Balance y la Gran calle de la República, la columna de la ciudad; sus telas, manteles, jabones y cerámicas típicas de la Provenza
francesa más transparente.