Querétaro. Un sueño y otros caminos
" Por ti volaré..."
Erase una vez una Marquesa...
De vuelta a la ancestral ruta de la independencia, es oportuno viajar hasta Querétaro, en el Bajío mexicano. Y visitar a grandes amigos.
Me llega el sabor a queso que está ya muy cerca en fincas aledañas.
Un letrero me recuerda e instruye..."Aquí ha dormido como invitado Agustín de Iturbide"
Pero también Maximiliano de Habsburgo, me dicen algunos.
Era el Querétaro de 1729, cuando el arquitecto Cornelio, experto en estilo barroco muy de moda en aquella época, ayudó a cumplir el sueño de un enamorado marqués.
El Sol ilumina entre luces los edificios altos del centro histórico en la calle Francisco I. Madero. Donde es posible disfrutar desde su balcón una serenata Italo-mexicana.
La arquitectura de las calles de Querétaro labrada en canteras despierta el ánimo de la plática y el paseo relajado, pues los queretanos salen al caer la tarde a refrescarse en alguna de sus plazuelas rodeadas de árboles que los cubren para jugar, comer una nieve o darse unos besos de novios a su aire.
Despierto.
Y me entero por el tiradero, que no ha pasado el camión de basura en varios días a recogerla.
El pueblo entero está en desacuerdo con la concesión a un basurero privado que al parecer no cumple las reglas de horarios... con el tráfico, con el aumento de la delincuencia también en las carreteras.
Es México y me parece tan bello vacacionar y surreal, y conocer la verdad, por las noticias dadas de primera mano por los ciudadanos.
Luego...
Llegaron turistas de Granada y conversamos muy animados sobre amigos mutuos y la belleza de la ciudad... viajaran hoy hacia Palenque, Chiapas... les cuento de su belleza y mi ánimo se recobra.
Porque...
Es la falta de empeño y pasión lo que destruye las ciudades más bellas.
Vamos...
Un delicioso café en la terraza de la habitación El Marqués en el bello hotel La casa de la marquesa es relajante.
Vivir en esta Mansión y ver la vida pasar a través de los sonidos de los transeúntes y las campanadas del templo San José aquí enfrente es imperdible.
Me recuerda cuando viví justo enfrente de la Catedral de Salamanca en España, sensación muy intensa.
Llegó el servicio de limpia... por fin, estaba muy sucio ayer, está padrísimo en su forma y tecnología, es ecológico y parece para un campo de golf.
Regresemos al amor del Marqués...
Que no es el de Sade.
Cuenta la leyenda que un hombre acaudalado le ofreció a una monja bella su amor... ella agradecida le pidió que construyera un acueducto para la ciudad y la casa más hermosa de Querétaro como prueba de su pasión. Él lo hizo. Hermoso acueducto y hoy descansamos en el recinto de la casa.
Precioso...
Vamos a caminar.
Respirar en pleno el aire fresco del bajío y el cielo inmenso es una cosa, pero entrar a sus dulcerías que ofrecen los mejores ates de la región y paletas de colores a base de mieles, es el complemento perfecto.
Todo acompañado de buenas nieves.
Las zapaterías con aroma a pieles puras y bien logradas con tesón que son de exportación, es reconocer que tan cerca se está de la ruta del arte queretano.
El museo de la ciudad cuenta con obras contemporáneas, inéditas y extraordinarias
Una muestra colorida al fresco está hecha por reclusos y reclusas de la región que en conjunto dan una emoción al límite.
Porque son personas con historia truncada y desfavorecida los que han creado murales llenos de magia y colorido, de símbolos esperanzadores que ya quisieran muchos en libertad.
Se me antoja un pan. Por aquí a una cuadra está La Vienesa, panadería de 1919.
Está muy cerca de las capuchinas, que es un templo emblemático de la orden de los franciscanos donde ellas tenían un lugar y respeto por su vasta obra en la humanidad.
Entonces... ¿Qué fue del Marqués?
En 1756 recibe terminada la casa inspirada en su amada, él era el Marqués de la Villa del Villar del Águila.
La historia no registra si la llegó a habitar su amada.
A saber...
Que el amor es el gran creador de obras extraordinarias como la Casa de la Marquesa en el centro de la ciudad.
Escribo estas letras desde su capilla magnífica con imágenes de María, la sagrada, la universal.
La restauración de este edificio museo es con ayuda del INAH, por su importancia histórica y sus frescos que me parecen a triple altura.
Una belleza.
Conocer que mexicanos inspirados por nuestra herencia podemos conservar obras arquitectónicas de gran calado y fuerza espiritual y matemática, es una genialidad, pues el esfuerzo en trabajo y recursos que los sostiene es extraordinario.
Una barbaridad.
Disfruto la exposición de las máscaras eternas.
Huele a enchiladas.
Antes un aperitivo excéntrico: dulce de Champaña.
Gracias.
Caminando me encuentro con un artista, un niño tocando en acordeón con una melancolía interesante, comemos con Sandro y Rubén una paleta helada de guanábana.
Son las doce y sereno.
Las campanadas exactas del templo me recuerdan que terminó el día.
Antes comamos ates de vino a base de cacahuates y almendras, el mestizaje natural sagrado que no podemos negar.
Me conmuevo por completo ante la belleza de la ciudad de Santiago de Querétaro, México.
Imperdible.
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